Situada en el Norte de Extremadura, en la puerta del Valle del Jerte, Plasencia conocida como la Perla del Norte o la Perla del Valle, es un destino turístico muy importante tanto por su historia, su parte monumental y por su emplazamiento que la hace idónea para poder visitar toda la comarca del Norte de Extremadura.
Los olores, los sabores, las imágenes, el aire que se respira y el propio tacto de la tierra, hacen de Plasencia una parada obligatoria, una rica y diversa propuesta donde confluye historia, cultura, gastronomía y paisaje. Y hasta en el escudo lo quiere dejar claro desde siempre y por siempre: “Ut placeat Deo et Ómnibus” (Para el placerde Dios y de los Hombres).
Salí a primera hora de la mañana desde Cáceres ciudad de la que dista una media hora de trayecto, con un frio helado digno de Enero, pero que luego se dignó a comportarse bien conmigo y me dio una tregua luciendo un Sol de justicia y regalándome una luz preciosa con la que toda la dehesa extremeña lució aún más bonita si cabe.
Ir parando a cada rato se volvió un placer y más con estas estampas de las que las fotos os pueden hacer una idea visual de lo bonita que estaba pero la sensación de calma, de sosiego y plenitud que reinaba en el ambiente sólo lo puedes apreciar viviéndolo en primera persona y, esa, sin duda, fue mi suerte 😉 .
LLego a Plasencia, aparco en la zona baja de la ciudad donde no hay mucho problema para hacerlo ( Han instalado unas escaleras mecánicas muy chulas y muy prácticas que te dan acceso al caso antiguo con mucha facilida), busco la oficina de Turismo, sita en C.Sta Clara,4 muy cerquita de la Plaza Mayor donde me atendió un chico super amable que me informó al detalle de todo lo que podía visitar alli … gracias gracias 😛 .
Lo primero que llama mi atención al entrar en Plasencia son las murallas que rodean el casco antiguo. Aún se conservan la mayoría de las antiguas puertas que permitían el acceso: Puerta de Coria, de Trujillo, del Sol… la mayoría hace referencia al camino que unía Plasencia con las distintas localidades cercanas y todas conducen a la Plaza Mayor …
PLAZA MAYOR
Epicentro de la ciudad con la Casa Consistorial (S.XVI, gótico renacentista), en cuya torre está el “abuelo mayorga”,emblema de Plasencia. Es una estatua autómata encargada de dar las horas rindiendo homenaje al relojero que fabricó el reloj de la torre.
Una buena idea es tomar un aperitivo o almorzar en alguna de las cafeterías o bares de la plaza donde con el buen tiempo se llena de terrazas.
Me gustan las plazas extremeñas así como todas las españolas en general, con esos pórticos llenos de historia, restaurantes donde picar algo típico de la zona o tiendas de souvenirs que te ofrecen toda su esencia en modo de pin de nevera, camiseta, escudos… La vida que tienen con ese continuo vaivén de personas y esas calles circundantes que guardan siempre tesoros que nos descubren su forma de vida en el hoy y en el ayer…
CATEDRAL VIEJA Y CATEDRAL NUEVA
Plasencia presume de tener dos catedrales en su conjunto histórico aunque en realidad se trata de dos medias catedrales ya que cuando se reconquista toda esta zona y se establece a Plasencia como el enclave cristiano más importante del lugar, se considera imprescindible levantar una catedral que dejase bien claro cuál era la religión imperante y, al mismo tiempo, cobijase al correspondiente obispo y su corte de curas.
Se inicia la construcción en el siglo XIII, y la misma continúa durante dos siglos. Una vez terminada la primera catedral se constata que la población de Plasencia ha crecido mucho en este periodo y también ha ganado en importancia y riqueza por lo que la antigua catedral se queda pequeña en tamaño y en grandiosidad. Así que deciden levantar otra catedral más grande en tamaño y altura y de una riqueza tal que asombre a quién la vea.
Pero no hay espacio libre en la ciudad así que construyen la nueva adosada a la antigua. Todo marcha perfectamente hasta que comienza el declive español y con él la falta de dinero. No hay financiación para terminar las obras así que tienen que interrumpirse, se construye lo necesario hasta unir la parte nueva con la vieja, se tapian los huecos con ladrillo, que es barato, en espera de nueva financiación para terminar la catedral. Pero esta financiación nunca llegó y hasta hoy, en que encontramos estas dos medias catedrales formando una sola.
En la Catedral Vieja se encuentra el Museo Catedralicio, que cuenta con una colección importante de pinturas, esculturas y elementos religiosos de los siglos XV al XVII. La nueva tiene uno de los coros más bellos de España, hecho en madera de nogal siguiendo un estilo gótico.
En la Plaza de la Catedral podemos ver la Casa del Deán (SX.VII),en la que destaca el balcón en ángulo con las columnas de estilo corintio y el escudo de la famila Paniagua de Loaisa.
Desde aquí proseguimos camino hasta la Plaza de San Nicolás, presidida por la iglesia de San Nicolás ,el Palacio de Mirabel (S. XV, uno de los edificios con más atractivos de Plasencia) y la Casa-Palacio de los Monroy, también llamada de las Dos Torres,(S. XIII. es el palacio más antiguo de Plasencia, de fachada románica).
Al lado está el antiguo Convento de San Vicente Ferrer, convertido en el Parador de Plasencia, que tiene en su interior un bonito claustro renacentista del siglo X.
Gruesos muros de piedra, techos abovedados y una cuidada decoración me esperan en su interior de estilo gótico.
Cuenta la leyenda que Juan de Zúñiga, hijo de los duques de Plasencia murió repentinamente siendo un niño. Su madre, Leonor de Pimentel,imploró a San Vicente Ferrer, recién canonizado, por la vida de su hijo y el niño resucitó cuando iba a ser enterrado. Sus padres, agradecidos, fundaron el convento. Más allá de una leyenda poco verídica, Juan de Zúñiga llegó
a ser un personaje importante de la España de su época. Nombrado Gran Maestre de la Orden de Alcántara, de la que fue su último maestre, estuvo en la toma de Granada junto a los Reyes Católicos, llegó a ser arzobispo de Sevilla y, probablemente, el mecenas de las letras más notable de su
tiempo.
Aprovecho, como siempre y hago una paradita para visitarlo, tomar un café y aprender un poco más de su historia. Os puedo asegurar que de los muchos paradores que he visitado, este es sin duda, uno de los más bonitos que he visto,así que a todos los que paseis por la zona os recomiendo acercaros a visitarlo …no os defraudará 😉 .
Siguiendo hacia el norte llegamos a la Puerta de Berrozana,“puerta de acceso” a la que fuera la antigua judería placentina. Y ya fue a raíz de este punto donde ya me apeteció perderme, pasear sin más, disfrutar de cada calle, las antiguas con sabor a historia y las más recientes con ambiente de gentes haciendo compras ya que son fechas navideñas y es lo que toca 😯 .


Dejé Plasencia sabiéndome afortunada por haber visitado un lugar con una historia muy importante y unos personajes dignos de mantener vivos en la memoria y es que Extremadura es una de las grandes desconocidas y poco valoradas del panorama español siendo toda una lección de nuestra historia a través de sus monumentos y un regalo a través de su naturaleza.
Os dejo un POQUITO DE SU HISTORIA, aportada por la pag. del Ayuntamiento para todo aquel que esté interesado en conocer un poquito más acerca de esta localidad:
Ciudad fundada en el año 1186, donde el Rey la ennobleció. En 1189 el Papa Clemente III concede a la ciudad la Sede Episcopal.
El carácter militar y la óptima situación estratégica unido al afán de reconquista del rey castellano propició el fortalecimiento de la ciudad a finales del siglo XII con la creación de la muralla y el reforzamiento con la barbacana, con 78 torres o cubos y la construcción del Alcázar (desaparecido ya en nuestros días).
También en este siglo comenzó la construcción de la Catedral Vieja así como la aparición de los primeros Palacios y casas señoriales de las que todavía quedan buena muestra de ellas.
Desde sus comienzos los caballeros placentinos participaron en numerosas batallas, así como en la toma de la ciudad de Baeza o la reconquista de la ciudad de Sevilla por Fernando III el Santo.
Celosa de su libertad perdida en 1442 en favor del Señorío de los Zúñigas, vivió las turbulencias de la época hasta recuperar su libertad en Octubre de 1488 en que Fernando el Católico, jura a las puertas de la catedral defender siempre la libertad y fueros placentinos.
También tuvo Plasencia que ver con las discordias sobre la batalla de sucesión de Enrique IV de Castilla apoyando los nobles a Juana la Beltraneja debido a que en mayo de 1475 decidió asentar la corte en el Palacio de las Argollas, en el mismo mes llego a la ciudad el Rey de Portugal Alfonso V.
Los siglos XVI y XVII marcaron el punto culminante de su historia contribuyendo Plasencia con sus hijos, al descubrimiento, conquista y evangelización del Nuevo Mundo. Fundó importantes instituciones Benéficas y culturales y nos legó monumentos que hoy nos sobrecogen, sobre todo la Catedral Nueva o Plateresca comenzada en 1498 por el obispo D Gutiérrez Álvarez de Toledo, hijo de los primeros Duques de Alba; el Acueducto o el palacio del Marques de Mirabel.
“…entre sus verdes riscos y dehesas desfilaban
solemnes encinares de reposo y, de cuando en cuando,
los alcornoques mostraban su tronco desnudo…”
María Luisa
Enero 2015