Cada día hay más mujeres en este tramo de edad que se lanzan a la aventura de viajar en solitario. Mujeres apasionadas con la vida que ven que el tiempo apremia y saben valorar cada minuto de su vida emprendiendo un viaje que les traiga aventura, enriquecimiento personal y otras personas con las que crecer y de las que aprender.
Mi más sincero homenaje a todas ellas, mujeres luchadoras que a pesar de que la vida las ha golpeado nunca han perdido la dulzura y la capacidad de volver a ilusionarse con otro hombre, otro viaje, otro proyecto, otra vida. Un homenaje a mis amigas, cada una de ellas increiblemente atractiva, llenas de encanto, serenas, comprensivas, sensatas y sobre todo aún seductoras.
A muchas ya le están saliendo las primeras patas de gallo o esa celutitis malvada que se asienta en los muslos y no se quiere ir pero que a la vez nos hace tan reales y tan auténticas.
Las mujeres de mi generación están casadas, o divorciadas con la idea de volver a empezar otro intento asumiendo que hay gran riesgo a equivocarse… ¡y qué más da!. Otras en cambio, se han aferrado a su soltería, individualidad y sólo permiten que de vez en cuando entre en su vida algún transeúnte aunque sepan que será por corto espacio de tiempo.
Nosotras vestimos con faldas “maxi”, luego con shorts y siempre supimos estar bien en cada moda porque hemos sabido incorporarle nuestro sello personal. Nos criamos escuchando a Rod Stewart,Supertramp, los Rollings o Bruce Springsteen pero eso no ha hecho que no podamos adaptarnos y disfrutar de un buen concierto de música actual o bailar como cualquier jovencita en una disco sin por ello desentonar en absoluto.
Nos criamos la mayoría con padres represores que nos ponían límites en todo: horarios, forma de vestir, con quien salir con quien entrar y a donde ir, pero supimos defender nuestra personalidad y aflorarla dentro de todas esas limitaciones, quizás todo eso nos ha enseñado el valor de la libertad y por ello muchas hemos sido más consentidoras con nuestras propias hijas no queriendo que vivan toda esa represión que nosotras tuvimos que soportar.
Nunca vimos en el hombre a un enemigo sino a un compañero muy a pesar de que muchos nos hirieron con tal profundidad que tuvimos que hacer un largo camino para entender que no sería justo juzgar a todos por el mismo rasero y a pesar de todo no tiramos la toalla y seguimos batallando y soñando que tal vez un día aparezca esa persona que nos acompañe en el viaje.
Dios te hizo hombre para mí.
Te admiro desde lo más profundo
de mi subconsciente,
con una admiración extraña y desbordada
que tiene un dobladillo de ternura.
Tus problemas, tus cosas
me intrigan, me interesan
y te observo
mientras discurres y discutes
hablando del mundo
y dándole una nueva geografía de palabras
Mi mente está covada para recibirte,
para pensar tus ideas
y darte a pensar las mías;
te siento, mi compañero, hermoso
juntos somos completos
y nos miramos con orgullo
conociendo nuestras diferencias
sabiéndonos mujer y hombre
y apreciando la disimilitud
de nuestros cuerpos.
Gioconda Belli.
Hijas de la tan reciente libertad sexual, nos costó asumir aquello de que teníamos que pasar toda la vida con el mismo hombre y romper el mito y la tradición para dejar que otras manos nos tocaran fue todo un logro.
Nos interesan todos los temas, somos como esponjas abiertas a absorber conocimiento, como cuando abres la jaula a un pájaro y quiere volar por el aire divisando todo, aprendiendo de todo, posándonos en todo aquello que nos aporte.
Por eso no es de extrañar que una mujer madura le pregunte a un hombre acerca de su trabajo, su formación académica o sus aficiones, ella es un pozo sin fondo y siempre estará alerta.
Intuitivas al máximo, las mujeres maduras, normalmente lo sabemos todo aunque a veces actuemos como si no supiéramos nada. Somos muy psíquicas y observamos cada pequeño detalle, estos últimos son los que nos dicen todos los secretos. Somos honestas y directas porque si bien a veces no sabemos muy bien lo que queremos lo que si está claro que sabemos estupendamente lo que NO queremos.
Nos importa un pito lo que opine la gente, la sociedad que a veces nos ha obligado a mantener un rol que muchas abandonamos hace ya mucho tiempo. Por lo tanto si una mujer madura, quiere algo o a alguien nunca mirará la opinión ajena, ella hará lo que su corazón le dicte.
Va por ellas, por nosotras, por todas las que un día decidimos ser auténticas, vivir de frente, amar a quien queramos amar y ser quien queramos ser, por todas las que se cuelgan una mochila y salen a buscar esa fuente de la que beber con ansía de saciarse. Por todas nosotras, que hemos sido niñas, adolescentes,madres, esposas, ex esposas, novias, amantes pero sobre todo MUJERES.
Andan por ahí, con su atrevido miedo, portando sus cuarenta o cincuenta y tantos, leídas, viajadas, sensibles.
Ojo con ellas.
Vienen de cerrar una puerta con decisión, pero sin olvido. Amaron, construyeron, parieron, cumplieron.
Amaron a su hombre, dieron alas a sus crías y ahora, desentumecieron las suyas. ¡Ahí estaban! intactas, brillantes, soberbias, majestuosas, listas para el vuelo: no ya las de un hornero, sino las de una gaviota, soberana y curiosa.
Saben de la vida y de tu hambre porque con su cuerpo han sabido saciarlas.
Versadas en economía, la aplican en el gesto, en el andar y en su exacta sensualidad.
Saben del amor, en todos sus colores, desde el rojo resplandor al mustio gris.
Prontas a sentir, van con una vieja canción en los labios, profunda intensidad en la mirada y delicada seguridad en la sonrisa.
Pero, si esta advertencia es tardía, y descubres que ya no puedes dejar de pensar en ella, entonces, ten cuidado de ahora en adelante. No te equivoques, no lo arruines: no le envíes un mensaje de texto, mejor invítala a un café con tiempo, charla con ella, explícale de viva voz y ella será comprensiva.
No les hagas promesas, no les vendas imagen, mejor exhibe tu autenticidad más despojada. ¡Sólo quieren la verdad!
No caigas, por rellenar, en aturdido ruido vacuo, deja que respire un silencio en común.
Vienen de quemar las naves y cambiar comodidad indolente por riesgo vital. Avanzan por un camino incierto, pero elegido.
En su cartera, fotos, un perfume y algunas lágrimas. En su mirada, una decisión…
Ojo con ellas…tal vez, si tienes suerte, hay una en tu camino.
Jorge Eduardo
Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!
Lo que importa es la edad que siento.
Gracias por incluirme, guapa! Me ha encantado el post! Enhorabuena por todo el trabajado fantástico que estas haciendo en tu gran mundo aventurero, que ya no es tu pequeño mundo, sino tu gran mundo, en el que me incluyo encantada! Un besazo para ti, y un abrazo para todas esas mujeres que no pierden la fortaleza, ni a los 40, ni a los 50, ni a los 60 …. y a por muchos más años así ….
Me alegro que te gustara Bego,tú estás incluída por méritos propios guapa.¡ Un besote muy grande cariño !
Acabo de leerte cielo y me siento muy afortunada de tenerte como amiga. Me siento identificada con todo lo que dices y sobre todo la forma en que lo dices. Tu vitalidad y tu pasión por conocer y descubrir es admirable.
Te quiero preciosa.
Yo también te quiero mucho Carol.
UN besito enorme cariño… MUAKS
Ciertamente sabes expresar lo que sientes y lo haces de forma amena, lo cual es de agradecer. El tema de tu miscelánea está tan vigente como que estamos vivos aunque sus orígenes se remontan a años atrás según el entorno. No sé si has leído Atlas de geografía humana, de Almudena Grandes, lo escribió hace tiempo pero en esencia trata de lo mismo, y su argumento podría considerarse de rabiosa actualidad salvo detalles intrascendentes.
Aunque el título parece una advertencia, realmente es un alegato en defensa de la mujer, que comparto por completo. Ser conscientes de vuestra valentía, de vuestra decisión, de vuestra fortaleza y de vuestra capacidad hace mucho más por la causa de la mujer que ciertas medidas de discriminación positiva que los políticos se empeña en establecer, como si la sociedad pudiera arreglarse por real decreto. Te felicito.
No lo he llegado a leer Luis, aunque he oído hablar muy bien de él y sí, tienes razón, los políticos en este sentido por ponerse la medalla de defensores de la mujer a veces toman unas medidas tan absurdas que están muy lejos de lo que muchas esperamos, porque no queremos ser más que un hombre, ni mucho menos, sólo tener sus mismos derechos y algo que llevo diciendo hace mucho es que no debemos confundir términos jamás, porque yo no quiero ser un hombre, yo defenderé mi feminidad y el ser mujer siempre y considero que en muchos ámbitos los papeles son distintos aunque también son complementarios.
Admiro al Hombre al que realmente lo es y lo demuestra con su trayectoria y desde luego de ser mujer, me gusta todo.
Saluditos Luis !!