MORBIHAN III, BRETAÑA FRANCESA: ROCHEFORT EN TERRE, Le village préféré des Français

Murallas, casas antiguas, muchas flores, edificios del siglo XVI y XVII y un castillo lleno de historia son el aliciente principal de este pintoresco pueblo avalado nada más y nada menos que con tres etiquetas distintivas: Un des Plus Beaux Villages de France , Petite cité de caractère y Village Fleuri de France.

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Aquí se cuidan todos los detalles: callejuelas adoquinadas, rótulos armonizados, flores que combinan a la perfección los colores, talleres de artesanos situados estratégicamente. Todo parece estar en perfecto estado de revista para que a la visita no se le pueda poner ni un sólo defecto, de hecho está tan cuidado  que llegué a decirle a mi hijo que me parecía tan bonito que hasta me chirriaba  🙄 , pareciéndome más un decorado cinematográfico que un pueblo real, y es que algunas de las películas basadas en la novela clásica de Alejandro Dumas, Los Tres Mosqueteros, han sido filmadas en sus viejas calles empedradas.

Rochefort en Terre parece estar detenida en el tiempo con todo ese halo medieval que al ir en verano pude disfrutar con mucha tranquilidad ya que en esa época todo el centro se vuelve peatonal.

A 32 kms de Vannes y 370 kms de Paris, es una localidad muy pequeña con una población que no llega a los 1000 habitantes y a pesar de que resulte demasiado turístico merece la pena hacerle una visita aunque sólo sea por disfrutar de un lugar donde geranios, petunias y siemprevivas parecen surgir de sus casas medievales de piedra.

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Pude aparcar con una relativa facilidad, un poquito más arriba del castillo, ya que al ser un lugar tan visitado disponen de bastante zona de parking, con lo cual caminando un poquito se accede en seguida al centro.

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CASTILLO

Mi visita comenzó por el Castillo que empezó a construirse en el siglo XII, llamándole  «Roche Forte», y que dio nombre tanto a la familia «Rochefort» como al lugar.
En el siglo XIV, la familia Rochefort quedó sin heredero,y se unió por matrimonio a la familia Rieux. El lugar y el castillo feudal pasaron a ser propiedad de los Rieux Rochefort, y fue precisamente durante su reinado,en especial, el de Juan IV,cuando la ciudadela comenzó a prosperar.

Aunque, al igual que otros señores bretones, Juan IV se opuso a la anexión de Bretaña por parte del Reino de Francia,el rey Carlos VIII resultó victorioso en la batalla de Saint- Aubin du Cormier y derribó algunos castillos bretones, entre ellos el de Rochefort. Sin embargo, Juan IV era el tutor de Ana de Bretaña que, al casarse con Carlos VIII y convertirse en reina de Francia, concedió al señor de Rochefort una dotación de 100.000 escudos de oro. Juan IV utilizó dicho capital para reconstruir el castillo, rodearlo de fortificaciones más resistentes y traer canónigos a la iglesia. Durante la Revolución Francesa,el edificio quedó destruido.

A principios del siglo pasado, el pintor americano Alfred Klots adquirió sus ruinas y transformó sus antiguas dependencias en una lujosa vivienda no tardando en convertir el pueblo en lugar de encuentro de artistas, siendo en los años 30 cuando creó un concurso para premiar la casa de granito mas bonita, con el requisito de que hubiera sido construida entre los siglos XVI – XVIII y estuviera cubierta de flores.  Este evento, con el paso del tiempo fue adquiriendo protagonismo hasta que al final logró pertenecer al selecto club de los pueblos mas bellos de Francia.

Lo encontré un poco abandonado y recuerdoo haber pensado que era un lugar de esos por los que pasear en plena noche tiene que ser de auténtica pesadilla o de película de miedo.

De lo que más me gustó  fue, que a su espalda había un jardin muy chulo con plantas medicinales por doquier y mucho más cuidado que el mencionado Castillo, al que quizás esa dejadez le daba un aire decadente que aún lo mostraba más atrayente.

Allí aprovechamos para sentarnos en un banco y disfrutar del entorno.

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Tras la visita al castillo bajé hacia el Centre de la Ville por la Rue des Scourtets, repleta de tiendas muy chulas con souvenirs y muchas cositas típicas, unas más lujosas que otras pero todas muy bonitas e intresantes.

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Mirando tiendas llego a la Plaza du Puits, sin duda el lugar más fotografiado de Rochefor en Terre y uno de los rincones más bonitos que vi en todo el viaje.

Se aprecian estilos arquitectónicos de muchos estilos y épocas diferentes, algo que resulta muy curioso por estar tan concentrado uno al lado del otro.

Aquí estaba instalado el primer mercado del pueblo y según parece donde se puso la guillotina para ejecutar a los contrarrevolucionarios en 1793, siendo en el numero 7 de la place donde se sitúa la oficina de turismo, un palacete cuyo nombre es Hotel Belmont,  que data de los siglos XV y XVI, sobre su puerta hay una balanza esculpida del siglo XVII ya que el edificio fué tribunal regional.

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Continuo mi paseo por la Rue du Porche, lugar lleno de crepperies a cual más típica y bonita y en donde me pasé al menos diez minutos intentando que un bretón pronunciara bien en español, la palabra “cerrado” 😉  (se ga gó), al final lo dejé por imposible y acabé diciendo yo, fermé  :roll:.

Por toda esta zona me voy encontrando con galerías de los muchos anticuarios, artesanos y artistas que aquí se han afincado siguiendo la tradición comenzada a finales del XIX con la llegada de Alfred Klots, que se enamoró del lugar e hizo escuela, continuada por su propio hijo.

También es un lugar idóneo donde comprarse algún dulce típico y sentarte en algún sitio para disfrutar de todo el entorno degustando alguna delicia bretona.

Llego a la Place des Halles, donde me encuentro con un coche antiguo, otra de mis pasiones, así que no puedo evitar hacerme una foto que pasa a mi colección de “fotografías de coches antíguos”.

 

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Accedemos por una calle en bajada a la Rue Candré, y para nuestra sorpresa fuimos a dar a  L,PORTE DE L’ÉTANG. Esta puerta era una de las entradas de Rochefort.

El eje Norte-Sur coincide con la ruta de la sal, que en otros tiempos se transportaba desde la zona marítima del río Vilaine (La Roche-Bernard y Guérande) tierra adentro (Bretaña interior). Como en aquella época la Rue Candré era una calle principal, se la denominaba la «Grande Rue».

A la izquierda se encuentra un lavadero municipal del S.SVI y ya desde allí volvemos en subida para ir en dirección a la Place de l,Eglise.

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IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA TRONCHAYE

Es curioso que esta iglesia esté ubicada por debajo de la ciudadela, y construida en un terreno en cuesta. Según la tradición popular, en los siglos IX o X,época de las invasiones normandas, un sacerdote escondió en el tronco de un árbol hueco una imagen de madera de la Virgen amamantando al niño, para ponerla a salvo de los saqueos. Cuenta la leyenda que, dos siglos después, una pastora encontró dicha imagen en el mismo tronco, por lo que se tomó la decisión
de construir la iglesia en este lugar.

La iglesia fue fundada en el siglo XII aunque se reconstruyó varias veces a lo largo de los siglos para evitar que se desplomara y como curiosidad decir que hasta mediados del siglo XIX, también se encontraba en este lugar el cementerio de Rochefort.

Justo a su lado la acompaña una casa que rápidamente llama la atención por toda la vegetación que la cubre.  Y ya desde aquí fuimos dando un paseo por la parte inferior del pueblo, menos transitado pero también muy bonito, quizás más auténtico incluso para mi gusto porque no tratan de engalanar tanto las calles y resulta más natural.

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Y hasta aquí llegó nuestra visita a este peculiar pueblo que desde luego recomendaría a cualquier viajero que pase por la zona por ser “pintoresco” y desde luego como recompensa a unos habitantes que se vuelcan en mantenerlo precioso.

El recorrido se puede hacer fácilmente en un par de horas y si se desea verlo con más detenimiento en tres. Mi intención era hacer la visita por la tarde y quedarme  hasta la noche para poder verlo iluminado,algo que había leído en algunos diarios de viajeros, que era una preciosidad, pero el cansancio me pudo así que tocó recogida de coche, carretera y traslado al hotel para descansar ya que al día siguiente me espera otro día inolvidable por la Bretaña Francesa

Avec Plaisir Rochefort en Terre… 😉

“Amo ser quién soy cuando viajo”

 

María Luisa

Septiembre 2016

 

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5 comments on “MORBIHAN III, BRETAÑA FRANCESA: ROCHEFORT EN TERRE, Le village préféré des Français
  1. Hola vecina
    Precioso lugar y muy bonitas fotos,hoy he descubierto tu faceta de viajera y me encanta.Seguire visitando tu blog para ver los lugares que visitas.

    1. Me alegra que te haya gustado Yoli,ya sabes que puedes visitar mi blog cuando quieras y a mi también aunque hago un café pésimo siempre me dá mucha alegría encontrarte vecinita !!.
      besitos guapa.

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