El Desfiladero o Garganta de la Hermida es un espectacular tramo de la carretera encajonado entre montañas y lleno de curvas. Discurre paralela al río Deva ofreciendo, desde su comienzo un bellísimo paisaje de roca caliza con murallones casi verticales, cuyas paredes llegan a alcanzar los 600 metros de altura.
Benito Pérez Galdós decía: “Llaman a esto gargantas; debiera llamársele el esófago de la Hermida, porque al pasarlo se siente uno tragado por la tierra”.
Sus 21 kilómetros de longitud hacen de este Desfiladero el más largo de España. Está declarado Lugar de Importancia Comunitaria y está considerado Zona de especial protección para las aves.
En dirección a Potes, que era el siguiente destino en mi viaje por Cantabria, pasé por este paraje maravilloso y aunque en un principio iba a ser sólo lugar de paso me ví sorprendida por su belleza natural, su paisaje incomprable y esa paz que sólo se encuentran en sitios como este. ¡¡cómo negarme a una paradita !! ..
Es un pueblo típico de montaña con menos de 100 habitantes. Se encuentra a 100 km. de Santander, a 16 km. de Potes, núcleo urbano más importante de la comarca deLiébana y a 20 km. de la playa de San Vicente de la Barquera. Primaveras suaves, veranos cálidos, otoños suaves e inviernos húmedos. Durante el invierno es casi imposible ver un rayo de Sol .
Con un calor de justica, a finales de Junio y sin pensarlo dos veces me paro para tomarme una sidriña bien fresquita y es aquí donde veo el primer esanciador, osea, el aparato que se utiliza para servir la sidra, algo muy típico de la zona y Asturias .
Después de esa sidra que me sabe a gloria y me refresca, decido darme un paseo por este pequeñito pueblo que ha sufrido toda una transformación en los últimos años y ha sabido sacarle partido a este enclave tan especial.
Al final de la carretera me encuentro con este puente al que muchos han hecho muchas críticas porque consideran que desentona en el entorno en que se encuentra. La verdad que resulta un poco extraño pero al menos me sirve para pasar al otro lado y acceder a una zona que bajando por una rampita me dá acceso a un paseo por pleno campo que si bien es cortito si me sirve para respirar aire puro y estirar las piernas .
Y a parte del precioso paisaje, rodeado de montañas que siempre nos aportan esa sensación de protección me voy encontrando con esas preciosas construcciones típicas de la zona..
Me encantan las casas cántabras, con sus preciosas balconadas de madera adornadas con flores de mil colores . Me llaman la atención y no puedo dejar pasar la oportunidad para hacerles alguna fotillo.
La propietaria de esta “casuca” de 18 mts.es Paquita,una asturiana que haciendo gala de sus orígenes luce una virgen de Covadonga en la fachada y dice estar encantada de que su casita que bien podría estar salida de un cuento, despierte tanta curiosidad.
Después de esta parada tan guapa sigo en ruta para hacer una visita a la Iglesia Santa María de Lebeña, principal muestra de arte mozárabe cántabro, del siglo X y que está a unos 9 kms. de distancia desde La Hermida. Se desconoce la fecha exacta de su construcción aunque algunos datos apuntan al año 925. Y fué en el año 1896 cuando se construyó la Torre que la acompaña.
Me la encuentro escondida entre montañas y árboles y en un paraje natural fantástico. Dispone de un aparcamiento gratuito justo enfrente donde puedes dejar el coche y cómodamente realizar la visita, en mi caso no pudo ser completa ya que no me coincidieron los horarios y me tuve que conformar con ver su exterior.
Justo al lado dispone de una zona de pic nic con un pequeño merendero donde poder tomar algo o bien llevar algo para hacer el almuerzo.
Mi Recomendación:
La Hermida es un lugar ideal para hacer una parada con tranquilidad, pasear y tomar algo . Es muy pequeñito con lo cual lo recorres rápido pero lo más importante es disfrutar del entorno natural tan privilegiado .
Es sobre todo conocida por sus aguas termales que brotan espontáneamente de tres manantiales a 60°, con un caudal de ocho litros por segundo. Y por ello allí se encuentra el Hotel Balneario La Hermida. Un lugar ideal para hacer una parada o bien pasar un fin de semana de relax.
Otra estupenda opción para tomar algo o bien pernoctar es La Posada La Cuadrona, un magnífico Hotel Rural, cuidado al detalle y con una atención magnífica. Aún recuerdo el desayuno del que disfruté en su terraza, donde la mantequilla sabía a pura mantequilla y la leche parecía recién ordeñada.
Tanto La Hermida como la Iglesia de Santa María de Lebeña son dos sorpresas que hacen del camino algo especial. Una Inolvidable paradita en el camino que recomiendo a todo aquel que pase por la zona yo lo hice tanto a la ida de mi viaje como a la vuelta ..