Burgos es una ciudad elegante y encantadora, quizás no ha trascendido tanto fuera de España como justamente hubiera correspondido a una ciudad de tal belleza y encanto. La primera impresión que se lleva uno de Burgos es su bellísima Catedral dominando la ciudad y su esencia. A su alrededor se extiende un casco antiguo perfectamente conservado, donde aún se pueden apreciar las murallas. En ella se respira la herencia de glorias pasadas, y sus gentes son encantadoras y amigables.

Burgos me gustó nada más llegar porque es de esas capitales no demasiado grandes que tienen un encanto especial y te hacen sentir muy bien cuando las paseas. Lo primero que vi fue el Paseo del Espolón, una zona peatonal preciosa para pasear, donde resulta bonito ver a la gente haciendo deporte y paseando en los bordes del río Arlazón, que da vida a esta ciudad, atravesándola por el medio y dándole un aire muy acogedor. Un énclave de la naturaleza en el centro de la ciudad.
También es un importante punto de encuentro social: en él se celebran las verbenas de las fiestas, espectáculos callejeros, carreras populares, desfiles, conciertos…Como fuí en invierno, me encontré con los árboles pelados completamente y la verdad es que le da un aire muy especial a la ciudad, aunque me contaron que cuando llega el verano, y con todos estos árboles llenos de hojas, es una gozada sentarse en uno de los muchos bancos que te encuentras y protegerte del Sol.
En el camino encuentro esta emblemática y popular librería del Espolón que tiene más de cien años de antigüedad.

Y en el mismo paseo del Espolón se encuentra la Castañera, realizada en bronce por el escultor Bruno Cuevas.
Representa a una señora asando y vendiendo castañas, en homenaje a una castañera que siempre se encontraba en este paseo junto al río Arlanzón, a pesar del frío.
El paseo comienza en la Estatua del Cid, uno de los monumentos más queridos y sentidos por los burgaleses. Se encuentra en la plaza del mismo nombre, en pleno centro de la ciudad frente al Teatro Principal.La pena es que hace de rotonda para los coches y no puede apreciarse bien, pues es imposible acercarse debido al intenso tráfico que hay en esta plaza.
Es tal la vinculación del El Cid con esta ciudad que, una vez fallecido, su cuerpo sufrió muchos traslados hasta encontrar reposo definitivo con los de su esposa Jimena en la Catedral de Burgos en 1921.

Sin duda, lo que más ganas tienes de conocer de la ciudad es su famosísima catedral pero para acceder a ella tienes que atravesar un maravilloso arco llamado Arco de Santa María, era una de las doce puertas de acceso a la ciudad. Por ella se llega a la plaza de San Fernando y ya desde allí puedes divisar la Catedral.
Para mi sorpresa, me quedo maravillada con esta obra. Parece un castillo con dos grandes torres. Lo preside el arco del triunfo, construido en honor del emperador Carlos V y la imagen de Santa María la Mayor. Era la puerta más señorial de todas las que daban acceso a la ciudad de Burgos. Suele albergar exposiciones de arte, además de su exposición permanente de farmacia. En esta ocasión hay una exposición del pintor Eduardo Abajo, unas pinturas preciosas así que después de un buen rato contemplándola (y aprovechando que la entrada es gratuita) accedo a su interior.
Una vez que atravieso el arco me encuentro con la Catedral, impresionantemente bonita. Su construcción comenzó en 1221, siguiendo patrones góticos franceses (el diseño de la fachada principal está relacionada con el más puro estilo gótico francés).
Fue declarada Monumento Nacional el 8 de abril de 1885 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 31 de octubre de 1984. Es la única catedral española que tiene esta distinción de la Unesco de forma independiente, sin estar unida al centro histórico de una ciudad (como ocurre en los casos de Salamanca, Santiago de Compostela, Ávila, Córdoba,Toledo o Cuenca) o en compañía de otros edificios, como en Sevilla o Zaragoza. Contemplo un ratito su fachada y hago las pertinentes fotos para después rodearla.
La mires por donde la mires es una maravilla. Las agujas caladas de influencia germánica se añadieron en el siglo XV y son obra de Juan de Colonia.

Si bonita es por fuera, el interior no se queda atrás.
Escalera Dorada: esta escalera fue construida para salvar el desnivel que genera la falda del monte entre el lado norte y el sur. La escalera de la ópera de París está inspirada en ella.
El Papa Moscas: cada hora en punto se acciona un mecanismo que mueve el brazo que provoca los campanazos. Decía Benito Pérez Galdós “no me avergüenzo de decir que jamás, en mis frecuentes visitas, perdí el encanto inocente de ver funcionar el infantil artificio del Papamoscas“.
Capilla de Santa Catalina: se construyó a iniciativa del obispo Gonzalo de Hinojosa entre 1316 y 1354 para emplearla como sala capitular, en ella encuentro muchísimas obras arte.
De siempre, el ser cabeza de obispado le permitió a Burgos que se centralizaran en su iglesia, un amplio patrimonio procedente de la gente rica del momento (reyes, nobles, eclesiásticos…etc.) que donaban a la catedral. Así, ésta se iba construyendo y mejorando a lo largo del tiempo. Este es también el motivo por el que encontramos distintos estilos arquitectónicos.
En esta capilla me encuentro con tantas bellezas que sería imposible fotografiarlas todas. Me quedé con ésta: La Capilla de Santa Catalina, se construyó a iniciativa del obispo Gonzalo de Hinojosa entre 1316 y 1354 para emplearla como sala capitular.

El interior del templo, que consta de dos claustros, acumuló durante siglos todo tipo de obras de arte: retablos, pinturas, orfebrería, sepulcros monumentalizados… etc.
Iglesia de San Nicolás.
Situada junto a la fachada occidental de la Catedral, es una de las iglesias más antiguas de la ciudad y está en pleno trazado del Camino de Santiago.

Tras pasar por la Iglesia de San Nicolás, accedo por una larga escalinata (casi 180 escalones) al mirador del castillo para llegar al valle, siendo éste el lugar de fundación de Burgos en el año 884 como fortaleza ante la amenaza musulmana.
El Mirador del Castillo es una visita obligada cuando estas en Burgos, sus vistas de la ciudad son espectaculares.

Una vez contemplada la que es la mejor panorámica de la ciudad, bajo nuevamente para ir a buscar la preciosa Plaza Mayor, un lugar (peatonal) agradable y muy transitado. El colorido de las fachadas le añaden una interesante chispa de color y por lo visto en verano es muy agradable disfrutar de sus terrrazas, pero como voy en invierno, me conformo ccon entrar en alguno de sus barecillos o cafeterías y disfrutarla admirando esos edificios tan llamativos.
La plaza era el mayor centro de actividad comercial de Burgos, en ella se abría la Puerta de las Carretas, por donde entraban los carros a los mercados que abastecían la ciudad y en su contorno se distribuían los puestos de venta, bajo los soportales que la rodean.
Aprovecho las muchas tiendas que en ella se encuentran y compro algunos souvenirs para llevar a casa y hacer tiempo para el almuerzo.

Después de Almorzar comienzo a callejear y me encuentro a esta simpática pareja (tributo que le hicieron a las personas mayores en pleno centro) y me siento al lado de ellos…no desentono tanto ¿no?

Casa del Cordón
Sirvió de lugar de encuentro entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón a la vuelta de su segundo viaje a América. También allí se celebraron las Cortes de 1515 por las que se aprobó la unión entre el Reino de Navarra y el de Castilla.

Son muchos los peregrinos que haciendo el camino pasan por esta ciudad, esta zona los atiende de maravilla con su albergue y sus bares que ayudan a reponer fuerzas.
Me marcho de Burgos con la sensación de haber visto una ciudad encantadora, vine algo asustada por sus bajas temperaturas pero si vas bien abrigad@ no es un frío que cale y se puede soportar bien.
Francamente, me ha encantado por sus gentes: super educadas y amables, con mucho estilo y por tanta belleza monumental. Sus preciosos paseos, bien sea por el Espolón o Empecinado, donde es muy bonito ver a la gente haciendo deporte, paseando en los bordes del río Arlazón que da vida a esta ciudad, dándole un aire muy acogedor.
De esas ciudades donde me hubiera gustado quedarme más tiempo y que seguro que volveré.
Pero ahora, con mi trolley en mano, un grado de temperatura y este río fantástico, doy el último paseo para coger el coche.
Mi recomendación:
Para almorzar El Morito, muy cerca de la Plaza Mayor, en la parte vieja de la ciudad. Pedí patatas revolconas con picadillo y huevos, un pincho de chorizo y una copa de sangría que estaba riquísima. Lo había visto en muchos foros de viajes y la verdad es que te ponen mucha cantidad, muy rico y por muy poco dinero, además con un servio rápido y eficente. La chica que me atendió fué super atenta, si vuelvo por Burgos sin duda pasaré de nuevo por allí.
Para Dormir , Hostal Carrales. Bien situado y con un precio excelente, aunque sin duda lo mejor fue la atención del chico de recepción, ¡encantador!.
Para desayunar, Viva La Pepa, donde puedes tomar un café mirando la fachada de la Catedral que está justo enfrente.
https://www.youtube.com/watch?v=sEspyUhetNg